martes, 15 de octubre de 2013

Palma de Mallorca 1: del Modernismo a la Catedral Gótica

Después de aterrizar en Mallorca y dar nuestros primeros paseos nocturnos por la capital isleña, tocaba conocer a fondo la ciudad de Palma. Aquella jornada, un 27 de septiembre de 2012, se despertó lluviosa y gris. A pesar de las inclemencias madrugamos y salimos pronto de nuestra pensión. Lo primero fue desayunar al más puro estilo local con unas tostadas de tomate, aceite y ajo. Ya con las pilas cargadas empezamos a caminar para descubrir una urbe que ya nos había cautivado las noches anteriores. Palma nos esperaba con los brazos abiertos.

Palma, con más de 400.000 habitantes, es una de las diez ciudades más pobladas de España. Y sus dimensiones son acordes a su población. Nuestro recorrido se centró básicamente en recorrer gran parte del centro histórico. Aquí, donde antiguamente las viviendas e iglesias medievales se apiñaban dentro de la muralla, conviven hoy edificios que repasan la historia de esta capital hasta nuestros días. Aquella mañana optamos por combinar los paseos por las zonas más medievales y modernistas de la ciudad.

Can Forteza Rey y Almacenes el Águila, notables ejemplos modernistas

Detalle del ornamento en Can Forteza Rey

Y una toma más de la llamativa galería de esta vivienda


La influencia que el Modernismo tuvo en la ciudad de Palma estuvo propiciada, en gran parte, por la visita y los trabajos que realizaron en la isla grandes como Gaudí o Domenech i Montaner. Pronto los arquitectos locales también se subieron al carro de las líneas curvas, los ornamentos y las formas llamativas. De ahí que hoy en día la ciudad conserve interesantes ejemplos de estas construcciones levantadas a principios del siglo XX. Sin duda, Can Forteza Rey y Almacenes El Aguila son dos de sus ejemplos más llamativos y conocidos, dada su céntrica ubicación. Son de esos edificios que hay que observar con calma, pues son numerosos los detalles que atesoran. Pero hay muchos más.

Decoración exterior de un comercio realizada en forja, típica en esos tiempos

Paseando bajo la lluvia por las céntricas calles de Palma 

Antigua casa de las medias, de 1906 y atribuida a Forteza Rey

A veces ese modernismo es pasto de solares y nuevas edificaciones

Can Corbella, otra de las construcciones señeras del Modernismo en Palma

Caleyando entre paraguas por el centro histórico de la ciudad

Detalle de la fachada del Antiguo Círculo Mallorquín, hoy sede del Parlamento Balear


El paseo mañanero estaba siendo muy gratificante. Eso si, la lluvia nos estaba complicando el recorrido más de lo que hubiéramos deseado. Por suerte todos estos edificios que conocimos estaban más o menos cerca unos de otros. Además íbamos aprovechando los balcones para resguardarnos del agua. Al cabo de un par de horas pensamos que habría una forma de evitar la lluvia hasta que escampase un poco. Aprovecharíamos para visitar el interior de la Catedral de Palma de Mallorca.

Encaminándonos hacia la Seu de Palma, mundialmente conocida por su enorme rosetón

Fachada de este templo, clave en el Gótico levantino

Jugando a los reflejos en el interior del templo, rebosante de tesoros eclesiásticos

Una de las imágenes que se guardan en la Seu, cuyas obras se iniciaron en el año 1229

Vista general de la Catedral a orillas de la pila bautismal

Toma en blanco y negro de la nave central, presidida por otro rosetón

Detalle de los altos muros que sujetan el templo

La Catedral de Palma es famosa por conservar uno de los rosetones originales más grande de la época gótica. Además guarda en su interior interesantes muestras artísticas y religiosas. Pero la Seu no solo es conocida por sus características arquitectónicas originales, también lo es por las intervenciones que tuvo a lo largo de la historia. Antonio Gaudí, por ejemplo, participó en unas obras de reforma a principios de siglo.

Retablo cerámico creado por el artista mallorquín Miquel Barceló

Rosetón, vidrieras y techo del templo en un peculiar encuadre

Vista de la torre de la catedral desde el interior del claustro

Salida de la Catedral, directa a las calles medievales de la ciudad de Palma

La verdad es que la visita a la Seu de Palma fue todo un acierto, a pesar de que ésta estaba llena de turistas que, como nosotros, también se resguardaban de la lluvia en un marco incomparable. Tras esta visita continuamos con nuestros paseos por la ciudad. Tocaba seguir descubriendo esta urbe que sorprende más allá de su Catedral. Pero esto lo dejaremos para el siguiente post.

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