Para comenzar la ruta nos acercamos hasta el pequeño núcleo de Lindes, en Quirós. Allí finaliza la carretera y arranca una ruta que lleva hasta los puertos de Agueira, uno de los rincones más pintorescos de Asturias. Al inicio seguimos esta ruta para abandonarla poco después. Nosotros subiríamos a Peña Rueda por su cuchillar para bajar por la Foz Grande. De esta manera realizaríamos una entretenida y vistosa ruta circular.
Iniciando la marcha en las proximidades de Lindes, Quirós
Los primeros pasos de la ruta, entre las luces y sombras del bosque
Siempre en continuo ascenso por un frondoso hayedo
La ascensión a Peña Rueda es una ruta asequible por su dificultad y orientación. Está marcada con hitos durante buena parte del recorrido y apenas hay tramos expuestos o peligrosos. Sin embargo se trata de una excursión exigente por su duración. De realizar esta circular, hay que tener en cuenta que uno tendrá que superar cerca de 1400 metros de subida y otros tantos de bajada. La distancia a completar son 14 kilómetros. Vamos, uno de esos días en los que hay que madrugar para pasar el día entero en la montaña y caminando. Lo que viene siendo monte a jornada completa.
Abandonamos el bosque, seguimos subiendo y mejoran las vistas
Tras un repecho constante y sin descanso llegamos a esta idílica pradería
Buscamos el cuchillar, una esbelta y atractiva cresta que nos llevará a la cima
Peña Rueda es una mole de roca caliza que se levanta prácticamente aislada de otros cordales próximos. De ahí que sus vistas sean realmente llamativas. Es de esas montañas que se ven desde muchos puntos de esta zona de la Cordillera Cantábrica. Así que no es de extrañar que durante la subida uno disfrute de unas panorámicas que llegan desde Picos de Europa hasta más allá de Somiedo. Y desde León hasta el mar Cantábrico. Todo un placer para los sentidos.
En algunos tramos las formas creadas por la caliza erosionada son las protagonistas
Myriam dándole duro al comienzo del cuchichar de Rueda
Una pequeña parada para disfrutar de las vistas, Cortes al fondo
Y el tramo final del cuchillar con toda la cresta ascendida
Después del esfuerzo estamos prácticamente arriba, es hora de disfrutar del panorama
La cumbre de Peña Rueda (2.154 metros), ahora si, a tiro de piedra
Unos cinco kilómetros después de iniciar la ruta llegamos a la cumbre. Allí soplaba algo el viento, así que buscamos un lugar algo resguardado para comer. No muy lejos dimos con unos muros construidos durante la Guerra Civil que servían de trinchera. Desde aquí se divisa toda la zona a vista de pájaro, así que no es difícil entender que éste fuera un lugar estratégico de vigilancia durante la contienda.
Recuperando fuerzas en las alturas cual auténticos milicianos
Tras el almuerzo, disfrutamos de las vistas de la cumbre: al fondo Picos de Europa
Y otro vistazo desde la cima, con el Cantábrico a lo lejos
Iniciamos la bajada por el pedrero hacia los puertos de Agueira
A media ladera tenemos el collado que buscamos a la vista, luego bajaremos hacia la izquierda
Cruzamos un bosque de acebos, mágico y lúgubre donde los haya
Los puertos de Agueira, para mi uno de los rincones más impresionantes de Asturias
Una vez damos con el río lo seguimos hasta entrar en el desfiladero de la Foz Grande
Ya en el desfiladero el bosque vuelve a ser el auténtico protagonista
El camino de bajada ya lo conocíamos de otras excursiones por la zona. En constante descenso uno llega entre hayedos a Lindes, el lugar donde habíamos aparcado el coche. Catorce kilómetros y cerca de ocho horas después, damos por concluida una intensa y gratificante ruta. Una excursión para repetir. Como siempre, cerramos la jornada con la merecida cerveza en el bar del pueblo. Otra delicia más.
De camino a casa podemos ver el cuchillar y la cima de Peña Rueda: por allí subimos
Muy contentos por la actividad realizada regresamos a casa pensando que esta zona es tan interesante que habrá que volver. Quizás habrá que atreverse con una invernal...