jueves, 7 de noviembre de 2013

Sa Calobra y el Torrent de Pareis (I), espectáculo natural de Mallorca

Aquel 29 de septiembre lo dedicamos en buena parte a conocer uno de los lugares más impresionantes de Mallorca. Atrás quedaba ya nuestro paseo por Fornalutx y nuestro recorrido en coche por los alrededores del Puig Mayor. Ahora tocaba disfrutar de Sa Calobra y del Torrent de Pareis. Llegar hasta esta cala de la Tramuntana es toda una aventura por la cantidad de curvas que hay que atravesar. Seguro que muchos conocen este vial, pues es uno de los lugares más visitados durante unas vacaciones por la isla. Sin embargo el Torrent no es tan conocido, ya que muchos se quedan únicamente en la entrada. Nosotros nos introducimos de lleno en este torrente de paredes vertiginosas y llamativas rocas. Todo un lujazo.

Antes de llegar a Escorça tomamos un desvío en dirección a Sa Calobra. Aquella mañana se presentaba soleada y aunque anunciaban tormentas por la tarde, nos decidimos a conocer este rincón mágico de Mallorca. Cada vez quedaba menos para que nos calzáramos las botas de monte y disfrutásemos de la naturaleza en toda su plenitud. Y es que unas vacaciones sin ruta montañera no son lo mismo.

La conocida carretera de acceso a Sa Calobra, un sinfín de curvas y contracurvas

Uno de los tajos naturales que cruza este vial

Después de un buen rato de conducción se llega a esta peculiar cala

Personalmente conocía este paraje de un viaje familiar realizado hace más de diez años. Ya cuando lo conocí me llamó muchísimo la atención. No solo por el entorno, si no por todo lo que quedaba por descubrir río arriba. De la cala sale un camino que cruza las rocas y llega hasta la desembocadura del barranco. Un lugar mágico y que habitualmente está lleno de turistas de todas las nacionalidades.

Atravesando el túnel de camino a la desembocadura del torrente

La parte final del torrente, al fondo el camino que tomaríamos para remontarlo

Myriam preparándose para salvar el primer escollo, cruzar el río

Ni que decir tiene que aquella mañana éramos algo así como la atracción del lugar. No porque hubiéramos pasado la noche en el coche, si no por nuestras pintas. En un lugar donde abundan los turistas, llamaba la atención nuestra indumentaria basada en botas de montaña, mochila y pantalones cortos. Y es que para recorrer este torrente a pie hay que ir preparado. Aunque se camina por el cauce del río, habitualmente seco, el terreno es cuanto menos irregular y agreste.

Cruzado el río, continuamos con nuestra ruta, siempre cauce arriba

Poco a poco el desfiladero se hacía más entretenido y vistoso

Siguiendo los hitos en los lugares de mayor complejidad orientativa

La ruta por el Torrent de Pareis está considerada como una de las más espectaculares de toda la isla. Para realizarla es obligatorio calzado apropiado, una buena forma física y tener experiencia en la montaña. Son constantes las subidas y bajadas, las trepadas y hay que saber leer cuál es el mejor paso. Se puede realizar desde Escorça hasta Sa Calobra o al revés. Nosotros nos decantamos por esta última opción, que nos permite conocer la parte más llamativa del Torrent y regresar al coche sin tener que realizar el gran esfuerzo de recorrer el torrente hacia en los dos sentidos. Si no se cuenta con coche, es mejor realizar el recorrido desde Escorça. Eso si, algún que otro paso es más complicado en sentido descendente.

Myriam atravesando una zona de grandes piedras erosionadas por el agua

Una de las pozas que nos encontramos durante el recorrido de ascenso

Las formas, los colores y las sombras son más llamativas cuanto más se avanza

Río arriba, las paredes del desfiladero parecen tocarse

Un recorrido muy entretenido rodeados por una naturaleza majestuosa

Sintiéndonos hormigas en un universo de enormes dimensiones

Cuanto más remontábamos más estrecho se hacía el cauce del torrente

Tuvimos la suerte de realizar el recorrido en plena soledad. Caminar entre estos altos farallones es toda una experiencia inolvidable. Sin duda, la excursión estaba mereciendo la pena. No teníamos muy claro hasta dónde íbamos a llegar. Así que fuimos tirando sin pausa. La idea era llegar hasta un punto donde comeríamos y luego regresaríamos al coche. Dependiendo del terreno que nos encontrásemos, así haríamos. Eso si, también debíamos estar atentos a las nubes. Una tormenta en un lugar como este puede ser todo un problema. Así que como viene siendo habitual en la montaña, con la cabeza fría y con juicio.

El terreno, cada vez más escarpado y pedregoso

Myriam trepando por una cuerda en uno de los pasos más complicados

Hasta nos tocó meternos entre las rocas para seguir avanzando

Superados estos pasos, el torrente se hace aún más angosto

Muy cerca del lugar donde optamos por finalizar la ruta

Caprichosas formas modeladas por las fuerzas de la naturaleza

Las formas y colores de las rocas no dejaban de sorprendernos

El lugar en el que comimos y dimos por terminada la ruta

Según nuestros cálculos, habíamos recorrido aproximadamente la mitad de la ruta. Dado que las horas avanzaban, no quisimos forzar la máquina. Todavía teníamos que regresar al coche y después encontrar un lugar en el que pasar la noche. Así que en este punto nos detuvimos. Comer en un restaurante como este no tiene precio. Y después del avituallamiento sólo quedaba la vuelta, que nos depararía un montón de fotos. Tantas como para otra entrada más. El Torrent de Pareis, sin lugar a duda, se lo merece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario