Apurando los últimos momentos antes de iniciar el viaje para el aseo personal
La primera de las jornadas sería casi exclusivamente de viaje. Fernando se acercó hasta Asturias para iniciar la marcha. Desde aquí fuimos en coche hasta Bilbao. Durante este trayecto sólo paramos para tomar un café rápido. El tiempo nos pisaba los talones e íbamos a llegar más que justos al embarque. Al final, y casi sobre la última llamada a bordo, llegamos a tiempo para embarcar. Ahora si, el viaje comenzaba. Fernando estaba subido en el avión en el horario estipulado. Eso ya era todo un logro.
Disfrutando de las vistas aéreas de la costa de Gran Bretaña
Gozando de las luces y nubes que nos brindaban las alturas
Durante todo el vuelo Fernando disfrutó como un niño. Gran apasionado del mundo de la aviación nos iba cantando todas las maniobras que hacía la aeronave. Y como no podía ser de otra manera le dejamos el sitio de la ventanilla para que gozase al máximo del trayecto de Bilbao a Manchester. Esa cara de felicidad radiante no se le borraría hasta varias semanas después de regresar a casa.
Sobrevolando una zona afectada por inundaciones
Otro de los regalos del vuelo fue poder ver atardecer desde el avión
Una última toma antes de tomar tierra en el aeropuerto inglés
Lo primero que hicimos al llegar al aeropuerto fue centrarnos un poco. La noche estaba cerrada y apenas íbamos a tener tiempo para disfrutar de la ciudad. Así que nos lo tomamos con calma. Debatimos sobre la manera más económica de llegar al centro de la ciudad y acabamos tomando un bus que nos dejó en Picadilly Gardens, el centro neurálgico de Manchester. Fernando aún no se creía que estaba en Manchester.
Un vistazo a la zona de Picadilly Gardens vestida de noche y gala
Esa noria ya tan común en muchas de las grandes ciudades inglesas
No podía faltar la foto conmemorativa entre los chorros de agua, luz y color
Una vez nos ubicamos un poco en el mapa pusimos rumbo al albergue, situado muy cerca de esta céntrica plaza. Allí nuestro acompañante se enamoró de la recepcionista. No iba a ser ni mucho menos la primera vez que Fernando iba a quedar prendado de las mujeres locales.Qué facilidad, chico. Dejamos las mochilas en la habitación, llamamos a Chema para confirmar que habíamos llegado y nos bebimos una botella de clarete casero para celebrar que el viaje había comenzado rodado. Hasta nos invitaron a cenar gratis en una cena comunal organizada por el albergue. Toda una suerte.
El exterior del albergue, situado en la calle Newton, muy cerca de Picadilly Gardens
Aquella noche no era una velada cualquiera. En la ciudad se jugaba un importante partido de fútbol que enfrentaba al Manchester City y al FC Barcelona. Pero como a los tres el balonpié nos entusiasma lo más mínimo optamos por dar un paseo por los alrededores de la ciudad. Mucho mejor eso que quedar sentados frente al televisor. Así pues emprendimos un pequeño paseo de bienvenida que nos sirvió para bajar la cena y para tomar contacto con esta ciudad del norte de Inglaterra.
Paseos nocturnos, noctámbulos y bañados en zumo de uva por el centro de la ciudad
Lo primero fue pasear por el barrio donde nos hospedábamos: Northerm Quarter
Y sin rumbo fijo acabamos en el centro comercial de Printworks
Antigua sede de un periódico reconvertida hoy en espacio de ocio y consumo
La noche avanzaba y el cansancio se iba haciendo patente en nuestros cuerpos después del largo viaje hasta Manchester. Iba tocando pensar lo de regresar al hotel, más que nada porque nos habíamos alejado, como suele ser habitual en los viajes del Komando, del punto de origen. Así que optamos por dar un último garbeo por la zona de la Catedral para dar por finalizado este primer día de viaje.
La catedral de Manchester, de corte gótico, una de las visitas obligadas en la ciudad
Tras el interesante paseo de bienvenida a Machester nos fuimos a dormir. No era plan de entrar en los bares a dejarnos lo ahorros, así que nos fuimos directos al albergue. Había que descansar. El viaje solo había comenzado y todavía mucha tralla por delante. A la mañana siguiente tocaba madrugar para conocer la vecina ciudad de Liverpool.
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