Poniendo a punto las mediciones, comienza el paseo
Blancos, negros y niebla sobre la Colegiata
Perdiéndonos por estrechas calles cerradas por la niebla
La historia de Toro está presente en cada piedra, en cada ladrillo
Luces incendiando la noche de Toro
Entre vinos y fotos llegamos a la Plaza Mayor
Otra toma monocromática, esta vez de la calle Mayor de Toro
Jugando a la locura de las luces y la niebla
A la luz del día empezamos a ver los detalles de otra manera
Muchas iglesias salpican el tejido urbano de Toro
La de San Lorenzo el Real, románico - mudéjar, es una de las más interesantes
La historia seguía en la ciudad mientras la niebla iba remitiendo
Toma atípica de la Colegiata de Toro, una auténtica joya del Románico
En el interior solo pude tomar esta imagen, estaba prohibido hacer fotografías
Nos quedamos con las ganas de hacer muchas fotos en el interior de la iglesia. Pero para ello era necesario un permiso del Obispado. Eso si, disfrutamos de las innumerables joyas artísticas que se guardan en su interior. Sin duda, lo más llamativo de todo es el pórtico de la Majestad. Una auténtica obra maestra.
Visitada la Colegiata, continuamos con el viaje por tierras zamorana
Abandonamos la ciudad de Toro más que satisfechos. No solo sus vinos nos habían dejado un buen sabor de boca. También su historia y su abundante patrimonio. Pero el viaje no terminaba aquí. La siguiente parada sería en Zamora, conocida también por su extensa riqueza artística.
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