domingo, 22 de enero de 2012

Toreando la niebla en Toro (Zamora)

Continuando con la ruta por la meseta y tras la irrenunciable noche de merienda en Montemayor de Pililla, llegamos a Toro. Allí la ciudad zamorana nos recibía con una intensa niebla. Este espeso meteoro fue el que marcó el recorrido visual. La niebla se encargó de definir las pautas en las mejores tomas de la jornada. Tanto por la noche como por la mañana, las fotos se vieron empapadas de misterio gracias a la niebla. Eso si, las mediciones y demás no fueron tarea fácil.

Poniendo a punto las mediciones, comienza el paseo

Blancos, negros y niebla sobre la Colegiata

Perdiéndonos por estrechas calles cerradas por la niebla

La historia de Toro está presente en cada piedra, en cada ladrillo

Luces incendiando la noche de Toro

Entre vinos y fotos llegamos a la Plaza Mayor

Otra toma monocromática, esta vez de la calle Mayor de Toro

Jugando a la locura de las luces y la niebla

La noche estaba fría. Así que entre paseo y foto fuimos intercalando los vinos. Llegar hasta aquí y no probar sus conocidos caldos hubiese sido un error. Así que la velada pasó casi sin darnos cuenta y de manera entretenida. A la mañana siguiente continuamos con el paseo por la ciudad toresana. Todavía teníamos que descubrir los tesoros artísticos de la ciudad que la niebla nos había impedido ver la noche anterior.

A la luz del día empezamos a ver los detalles de otra manera

Muchas iglesias salpican el tejido urbano de Toro

La de San Lorenzo el Real, románico - mudéjar, es una de las más interesantes

La historia seguía en la ciudad mientras la niebla iba remitiendo

Toma atípica de la Colegiata de Toro, una auténtica joya del Románico

En el interior solo pude tomar esta imagen, estaba prohibido hacer fotografías

Nos quedamos con las ganas de hacer muchas fotos en el interior de la iglesia. Pero para ello era necesario un permiso del Obispado. Eso si, disfrutamos de las innumerables joyas artísticas que se guardan en su interior. Sin duda, lo más llamativo de todo es el pórtico de la Majestad. Una auténtica obra maestra.
Visitada la Colegiata, continuamos con el viaje por tierras zamorana

Abandonamos la ciudad de Toro más que satisfechos. No solo sus vinos nos habían dejado un buen sabor de boca. También su historia y su abundante patrimonio. Pero el viaje no terminaba aquí. La siguiente parada sería en Zamora, conocida también por su extensa riqueza artística. 

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